El esfuerzo es poco para lo que te da el camino. Llegas cansado, dolorido, con los pies heridos. Pero llegas sonriendo, y es porque ha merecido la pena. Tanto que enseguida comienzas a plantearte cuándo será la siguiente vez y qué camino elegiré en la próxima ocasión.
Ahora, tras abrazar al Santo y recoger la Compostela, premio final que recordará para siempre el esfuerzo realizado y las alegrías compartidas, toca descansar un poco y disfrutar de la ciudad.
Hemos terminado de caminar. ¡Empieza el Camino!
Enhorabuena Diego!!, ha sido un año muy duro pero lo has llevado como un señor. Te echamos muchisimo de menos. Mil abrazos! Paula
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ResponderEliminarEnhorabuena!!! debe de ser increible la sensación al llegar a Santiago... esta es una de esas cosas que uno tiene pendientes por hacer. Un besazo desde los Madriles
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