jueves, 19 de septiembre de 2013

Como la vida misma

Cuando ya pensaba que lo difícil había pasado, llega la etapa de Fonsagrada a Castroverde, que es exigente, tanto por la dureza de las cuestas, de mucha pendiente y de piso muy irregular, como por la longitud, que es de 35 km aproximadamente.

Pero por dura que sean estas etapas, si al llegar al final de la cuesta llegas con una sonrisa y disfrutas con tus compañeros de Camino de las dificultades. 
Cada día recibimos regalos en forma de paisajes, bosques, helechos, flores de colores y olores que nunca había visto. Es físicamente exigente, pero compensa grandemente. 

El Camino te hace sentir cosas que difícilmente son explicables si no lo has hecho: personas que hace apenas una semana desconocías su existencia, hoy son tus compañeros del alma; paisajes que nunca creíste ver, ahora son tu escenario diario; esfuerzos que nunca pensaba poder realizar por falta de fuerzas, hoy compruebo, con el apoyo de aquellos que caminan junto a mi y a los que lo hacen desde la distancia, que son día tras día completados y con enorme satisfacción. Me siento bien, me siento feliz.


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