martes, 24 de septiembre de 2013

¡Objetivo cumplido!

Parecía casi imposible antes de empezar a caminar hace 12 días. Sé que hay muchos peregrinos cada día que llegan a Santiago, pero también otros que no lo hacen y se vuelven a casa antes de lo previsto. En mi caso llegué, y comenzaron a brotar una cantidad enorme de sensaciones que son difíciles de explicar con palabras, aunque quizás sea una alegría enorme la que mejor resuma lo que pasó por mis adentros.


El esfuerzo es poco para lo que te da el camino. Llegas cansado, dolorido, con los pies heridos. Pero llegas sonriendo, y es porque ha merecido la pena. Tanto que enseguida comienzas a plantearte cuándo será la siguiente vez y qué camino elegiré en la próxima ocasión.
Ahora, tras abrazar al Santo y recoger la Compostela, premio final que recordará para siempre el esfuerzo realizado y las alegrías compartidas, toca descansar un poco y  disfrutar de la ciudad. 




Hemos terminado de caminar. ¡Empieza el Camino!

domingo, 22 de septiembre de 2013

Momentos

Último día antes de llegar a Santiago. Desde que salimos de Lugo estamos pasándolo regular porque es mucho asfalto y hace mucho calor, hoy 32º, por lo que los pies sufren mucho.
Ayer hicimos posta en As Seixas, donde disfrutamos de uno de los mejores albergues del camino y de unos momentos increíbles: hay una pequeña piscina donde meter los pies en agua fría tras más de 35 km andando, ¡casi sentíamos tocar el cielo!


El camino comienza en gran medida cuando terminamos cada día de caminar, cuando disfrutamos de la gente que nos hemos ido acompañando durante todos estos días y con los que parece que llevamos toda la vida. Cada uno tiene su particularidad, su forma de ser, pero el Camino, sus dificultades y sus buenos momentos hace que cada uno de lo mejor de sí y permita una convivencia increible.


Merendar, o casi cenar, un plato de garbanzos se ha convertido en un placer de los que se disfruta como pocos y más cuando la compañia genera un ambiente increíble. O una cerveza fría en los últimos kilómetros de la etapa, donde el sol hace presencia en todo su esplendor...


Pero mañana llega ese día que pensamos que nunca alcanzaríamos: llegamos a Santiago, con cruce de sensaciones. Alegría por alcanzar la meta, ilusión por ver cumplido un sueño y algo de pena porque esto se acaba. Mejor dicho, comienza el Camino en Santiago.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Como la vida misma

Cuando ya pensaba que lo difícil había pasado, llega la etapa de Fonsagrada a Castroverde, que es exigente, tanto por la dureza de las cuestas, de mucha pendiente y de piso muy irregular, como por la longitud, que es de 35 km aproximadamente.

Pero por dura que sean estas etapas, si al llegar al final de la cuesta llegas con una sonrisa y disfrutas con tus compañeros de Camino de las dificultades. 
Cada día recibimos regalos en forma de paisajes, bosques, helechos, flores de colores y olores que nunca había visto. Es físicamente exigente, pero compensa grandemente. 

El Camino te hace sentir cosas que difícilmente son explicables si no lo has hecho: personas que hace apenas una semana desconocías su existencia, hoy son tus compañeros del alma; paisajes que nunca creíste ver, ahora son tu escenario diario; esfuerzos que nunca pensaba poder realizar por falta de fuerzas, hoy compruebo, con el apoyo de aquellos que caminan junto a mi y a los que lo hacen desde la distancia, que son día tras día completados y con enorme satisfacción. Me siento bien, me siento feliz.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Superación

Hace dos o tres días que no escribo en este blog. El lunes 16 porque llegué realmente cansado a Mesa después de realizar la etapa más dura del camino: Campiello-Mesa por Hospitales. Esta etapa ahora la ponen como alternativa a La Pola de Allande, siendo en realidad el autentico itinerario original. Hospitales es porque en ese camino se encuentran los restos de antiguos hospitales para atender a los peregrinos. 
Caminamos entre las nubes, llegando a estar incluso por encima de ellas. Y luego por la cima de una montaña, subiendo dos puertos, La Marta y El Palo, para alcanzar los 1200 m de altitud.
La niebla en ocasiones, en otras la lluvia, nos complicó el camino, que en ocasiones debíamos de pararnos antes de seguir para localizar la siguiente indicación. Y con rampas pronunciadas, que en algún momento nos obligó a sacar el máximo de nosotros. 
Y lo conseguimos, lo que nos causó una gran satisfacción, por la dureza, por lo difícil, por conseguirlo, por sonreír cuando no había que subir una nueva rampa. Grandes momentos, como por ejemplo el de tomar unas galletas en la montaña el grupo reunido, al reencontrarnos con el resto...al hacer Camino. Y con el ejemplo de Mario, un italiano de 78 años que sigue el mismo ritmo que el resto. Increible.

Las dos siguientes etapas han sido más cómodas, habiendo llegado hoy ya a Galicia, donde nos espera el pulpo entre otras maravillas.


El Camino sigue.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Ilusión

Esa es la palabra que mejor define en estos momentos mis sensaciones en el Camino.
Hoy es el tercer día de camino y hemos completado cuatro de las etapas establecidas. 

Algo tiene el Camino que engancha. No se sabe bien qué es, o quizás a cada uno sea una cosa distinta, pero algo sí que tiene que cada mañana amanezco con tanta o más ilusión que el día anterior.
Hoy mucho verde y poco asfalto, con paisajes increíbles y haciendo camino con otros peregrinos. Al terminar la etapa del día, empieza la otra parte del Camino, la que hace Camino, en la que conoces gente, muy buena gente.
Tengo suerte de estar aquí. 
Mañana etapa importante. A ver qué tal se nos da.





sábado, 14 de septiembre de 2013

Espíritu peregrino

Hoy, segundo día de Camino, se siente con más intensidad el espíritu del mismo. Hoy más bosques, más sendas, más caminos y poco asfalto, aunque sigue habiéndolo. 
Hoy, desde el principio salimos agrupados, o más o menos. Cada uno lleva el ritmo que quiere, o que puede, pero al final de cada tramo nos reagrupamos. Ritmo intenso, con pendientes pronunciadas, pero un sabor de boca al final de las mismas que es difícil de explicar. Además, como cada día hago, la dedicatoria me imprimía más fuerza y en los momentos de dificultad me empujaban a completar la cuesta. Y hoy no eran fáciles. Especialmente al final de la misma, una vez que habíamos parado en Salas. Teníamos claro que queríamos llegar hasta Bodenaya, donde el albergue tiene una fama que le precede ganada a pulso por méritos propios. A pesar de alargar la etapa, llegamos a buena hora y la comunión entre los peregrinos se hizo aún más patente, concluyendo con una cena común de todos los peregrinos y la magnifica compañía de Alejandro, el hospitalero. 
Hay una cosa que no quiero dejar pasar, y es que cada momento que paso en el Camino, mi ilusión, mi felicidad, mis ganas crecen. ¡Habría incluso que plantearse incluso recetarlo!
En absoluto, ni por la más dura de las dificultades me arrepiento de haber venido. Es más, ya me estoy planteando incluso volver.


Sigue la flecha

El primer día de camino es el día de las dudas y de la ilusión. Dudas si serás capaz de hacer el camino, si sabrás seguir la ruta sin perderte, si cumple las expectativas creadas.
La respuesta a todo aparece pronto. Nada más salir confirmas que el camino que se hace solo quiere decir que se empieza solo. En seguida coincides con más peregrinos y caminas juntos. A veces al mismo ritmo, a veces a ritmos diferentes, pero siempre juntos. La meta del día es la misma.
No te pierdes. O mejor dicho, el camino, gracias a muchas personas que, con dedicación  gratuita, han sembrado el camino de conchas y flechas para facilitar el camino al peregrino. Mi primera flecha fue en Oviedo, donde ya se habían acabado las conchas aún dentro de la ciudad (luego reaparecerán), y siguiendo el consejo de mis mentores en el camino, busqué la flecha, que está, a veces más visible, a veces menos, que te marca la dirección a seguir. En el camino hay una cosa que no se puede dejar de hacer: seguir la flecha.
Esta secuencia de flechas me llevó a terminar en el albergue de San Juan de Villapadaña, donde estaba previsto. Cansado pero poco, debido a la carga de ilusión que llevaba.
En el albergue comencé a sentir de verdad el Camino, hecho por sus peregrinos, disfrutando de la compañía de otros como yo que, por motivos tan diferentes como cada uno de los presentes, hemos decidido venir hasta aquí.


jueves, 12 de septiembre de 2013

Toma de contacto


Hoy me he tomado el día para hacerme la idea. Después de un día de largo viaje y una ilusión similar a la de un niño en la víspera  de Reyes, decidí quedarme en Oviedo, para poder visitar a El Salvador, y no quedarme solo visitando al criado, y la Camara Santa donde se guarda el Santo Sudario. Además, como cosa mía pendiente, estaba visitar Santa María del Naranco, una joya de más de 1200 años, que aparece silenciosa entre árboles ofreciendo unas vistas inmejorables de la ciudad.
Mañana comienza el Camino, o mejor dicho, mañana comienzo a caminar. Y tengo tanto miedo como ilusión. Miedo a no poder, a lo desconocido, pero también ilusión, tanta que seguro que, una vez me ponga en marcha, los miedos se quedan en el hotel de Oviedo.
Ya tengo mis herramientas engrasadas, todo listo para empezar. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El Camino. Hoy comienza.

Estaba guardado en el cajón de las cosas pendientes, de esas que dices que "ya las haré algún día" aunque pareces decir "ojalá pudiera hacerlo alguna vez, aunque creo que no podré".  Hoy ese sueño comienza a hacerse realidad. 
Llevo mi mochila preparada con los avíos y la ropa necesaria para hacer el camino, pero sobre todo, llena de ilusión, de ganas de vivir una experiencia que desde 1991 intuía que debía de ser única y que, tras compartir las experiencias con otros que ya lo hicieron, sólo han hecho crecer hasta poder llevarlo a cabo. 




Preparándolo con mimo desde hace unos meses, me ha deparado, además, una sorpresa, absolutamente inesperada, que me llena de vida, de alegría, de ganas y de sonrisas, pero esta me la guardo solo para mi.
Hoy comienza el Camino. Oviedo es el inicio de esta travesía que me llevará a Santiago, donde empezará de verdad el Camino. La realidad superará a la ficción, no me cabe duda. Lo único que me queda es comenzar a disfrutarlo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

De verdad


Dar dos besos a una persona al saludarla, bien porque acaban de presentárnosla, bien porque hace un tiempo más o menos largo que no se veía, es una costumbre muy española, aunque no exclusiva. Hay mujeres que más que dos besos, parecen que topan, agachan la cabeza y embisten, casi sin apenas rozar las mejillas. Tampoco me agradan esos que te plantan los labios en toda su extensión, dejándote una marca de saliva en la cara, que parecen un niño en su primer año de vida cuando aprende a dar besos. Con esto quiero decir que al fin y al cabo, un beso, en según que contexto, puede ser algo muy frío. Desde luego que más frío es saludarse dándose la mano, aunque los anglosajones lo hacen así sin diferenciar si eres hombre o mujer, pero eso va con la cultura de cada sitio. Y un hombre a otro hombre, salvo amistad muy intensa o familiaridad, es cai impensable, el orgullo varonil se hiere si se intenta.  
Lo que no puede ser frío es un abrazo. No lo es porque sólo se abraza cuando existe un vínculo auténtico, verdadero, con un cariño y un afecto fuera de dudas, cuando el contacto con la otra persona reconforta, se aproxima y sientes como el calor de los brazos del otro te llena. El abrazo se da y se recibe cuando hay algo que celebrar, aunque sea el hecho de ver a un amigo o familiar, o simplemente por sentir a esa persona cerca, pero también cuando hay que consolar, cuando uno sufre y necesita sentirse arropado. Cuando uno está enamorado, los besos son frecuentes, especialmente cuando la pasión arde, pero cuando pasa el momento de éxtasis, lo que queda es el abrazo, que seguro dura mucho más que cualquier arrebato pasional. Qué decir cuando a un niño le pedimos un beso y un abrazo (un ¡ay!, que dicen muchos de estos niños), que te dan el beso con mucho cariño, probablemente dejándote la marca y enseguida te abrazan poniendo toda su fuerza, de modo que tratan de comparar la fuerza del abrazo con la intensidad del cariño hacia quien lo recibe. Ahora piensa en el mejor de todos los abrazos: el que te da tu madre.  Podrás estar tan mal como quieras imaginar, seguro que el abrazo que te da tu madre espanta todos los fantasmas que puedan tenerte metido en el agujero más negro imaginable. Y es tan de verdad que podría tomarse como referencia del resto de los abrazos. 
               

Como siempre, en este blog, lo que se dice es lo que pienso, lo que quiero decir, cómo veo desde mi otero, de manera que si te cruzas conmigo, dame un abrazo.

Naturalmente

Siempre he sido defensor de los pequeños detalles, ya que estos salen espontáneamente desde el interior de cada uno, mostrando la esencia de nuestra persona sin maquillajes ni simulaciones. Los grandes actos están premeditados, elaborados y en general no suelen ser naturales, y, desde mi punto de vista, y en mi blog es de lo que se trata, la naturalidad es una virtud a cultivar.
No hay que ser quién los demás quieran o esperen que seas. Tú has de ser tú, ni más ni menos, y si alguien te aprecia realmente, si de verdad te quiere, sabrá valorarte, reconocer tus virtudes y será indulgente con tus defectos, sin tratar de cambiarte. Si lo que trata es de modelarte para que seas como un muñeco de barro realizado a su antojo seguro que no es persona que convenga tener cerca.
De entre los pequeños detalles me quedo con la sonrisa. Es difícil sonreír de manera no natural, sin que se note la falsedad de su origen. Cuando es verdadera tiene casi tanta fuerza como un titán, relajando al más tenso, haciendo que el más suspicaz confíe en los demás, que un corazón duro se ablande como si fuera un bizcocho recién horneado. Me gusta la gente que sonríe, y me gusta que la gente sonría. Es fácil, o al menos debería de serlo, cuesta muy poquito y aporta muchísimo, a quien sonríe y a quien recibe la sonrisa.
No dejes de sonreír, o al menos de intentarlo. Sé feliz, y los demás lo serán contigo.



jueves, 16 de mayo de 2013

desnivelados

pudiste ser presente, y no quisiste.
pudo ser pasado, pero no llegó.
no será jamás futuro, no será sin más.
creí haberlo encontrado, 
y sólo hallé vacío.
entendí mal tu mensaje,
hablamos lenguas distintas.
sin haberte acercado, 
ya te alejas.
sin que hayas llegado, 
ya te marchaste.






nosotros


Hace poco leí en algún sitio de estos que te ofrece internet algo así como que cada uno de nosotros somos la suma de los momentos experimentados y de las personas a las  que hemos conocido. Y creo que es una visión muy acertada, ya que creo que no somos individuos independientes absolutamente y nuestra historia depende de nuestro entorno, igualmente que nuestro entorno depende de nuestra historia. Estamos en continua interacción. 
Con el paso del tiempo, voy siendo consciente que las personas están a nuestro lado el tiempo que tienen que estar, ni más ni menos. Y no me refiero a las relaciones de pareja como tal, sino de amistad, de compañero de trabajo, de la que sea. Es sorprendente que puedas crear una relación tan intensa como fugaz, cuando pensaba que sería para siempre, y lo mismo ocurre en el sentido opuesto, de manera que con personas con las que no creías ir más allá de una relación cordial, con el paso del tiempo cada vez el trato se torna tan fuerte como discreto, de manera que te das cuenta de su intensidad sólo cuando no está cerca. 
También estoy convencido de que no podemos saber en qué momento una persona con la que te une una relación (del tipo que sea) se alejará de nuestro lado, ni porqué se aleja.
Probablemente, no haya un porqué, ni tenga que haberlo, simplemente las personas con las que nos relacionamos han hecho su función y siguen adelante. Si supiéramos en qué momento ocurrirá, probablemente evitaríamos ese momento, pero no cumplirían entonces su función. Afortunadamente, para que nuestras vidas sigan siendo lo que son, no creo que consigamos responder a ninguna de esas dos preguntas y así podremos seguir disfrutando de las sorpresas que nos depara la vida.




sábado, 11 de mayo de 2013

Mi hermana mayor

¿Qué quieres que diga? Te sientas a los pies de esta joya, dejas que te envuelva con su encanto, que cale tus poros, que se adueñe de ti. Consigue que se pare el tiempo y que desees que siga así para siempre. Te mira, te habla, te conquista. Y no desde la suficiencia de su grandeza, sino cercana y cómplice como una hermana mayor.
Casi sientes la invulnerabilidad que te otorga saberte protegido por el custodio de quien dirige los vientos de Sevilla al estar a su lado. Todos queremos estar allí, que nos mire, que nos elija, que nos mime. Y no voy a ser distinto, la verdad. 
¿Quién puede, existiendo Sevilla, querer estar en un sitio distinto?

tu sonrisa es mi argumento
tu risa mi recompensa
tu felicidad mi meta
tú, mi sueño.

cuando cada mañana
veo la luz de tu rostro
no sé si sigo soñando,
y no quiero despertar;
no sé si he despertado,
y no quiero dormir jamás.

siente como te llamo en silencio,
como susurro tu nombre,
mientras te busco 
entre la multitud solitaria.


sábado, 4 de mayo de 2013

Si quieres ser feliz

No niegues tu pasado; no renuncies a tu futuro; pero, sobre todo, no olvides vivir el presente



Cuando el tiempo es lo que nos queda

No es difícil caer en la deseperación, pensar que no hay salida, que no hay alternativa y que no queda más que rendirse, cruzar los brazos y esperar pacientemente a que el agua nos llegue al cuello y perecer ahogado. Es una actitud cómoda de adoptar, ya que apenas requiere esfuerzo, y, una vez llegado un punto, produce cierto placer morboso el estar continuamente quejándose y dejándose llevar.
Es más difícil querer levantarse, querer pelear y no dejerse arrastrar. Es más duro, especialmente cuando no hay esperanza o se ve lejos, ya que todos nos movemos por una recompensa, bien material, bien emocional, y parece no llegar. La recompensa siempre será mayor, aunque cueste creer. sólo hay que preguntar a quienes sufrieron y ahora sonríen. Todo se ve de otra manera. El vaso se convierte en medio lleno, y sin embargo hay la misma cantidad de agua, Curioso, ¿verdad?
¿Cuál es la diferencia en uno y otro caso? La actitud, sin duda. La aptitud todos la tenemos. La actitud no. La actitud hay que quererla tener y cultivarla, fomentarla, hacerla columna vertebral de un estilo de vida. ¿Cómo se consigue? Yo sinceramente no lo sé. Sólo sé que hay que querer, hay que luchar en cada momento por ver lo bueno  de las cosas, de lo que nos rodea, de querer mejorar lo mejorable, de disfrutar de lo bueno y aprender de los errores.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Dame la mano

Es curiosa la manera de relacionarse las personas, de manera que puedes estar durante años junto a otra persona y parecer auténticos extraños y conocer a gente que apenas unos días después de hacerlo tienes la sensación de llevar juntos desde siempre.
No cabe duda que las circunstancias en que ello se produce son fundamentales, ya que no será igual en aquellos casos en los que cada uno de los participantes tenga un entorno establecido sin necesidad de nuevas interacciones que en aquellos otros donde si apenas hay algún apoyo en forma de familia o amigos cercano. 
Por tanto, no solo el carácter de cada individuo, donde la capacidad de empatía, de sociabilidad y, desde mi punto de vista, la flexibilidad o capacidad adaptativa de cada uno a los demás, sino también las necesidades personales, facilitan o dificultan ese acercamiento y que se lleve a cabo el enganche entre las distintas personas.
Esa capacidad adaptativa o flexibilidad a la que hago mención no es una manera de mimetizarse a los demás y perder la personalidad propia y los rasgos fundamentales que nos definen, sino que se trata más bien a la capacidad de poder comprender los puntos de vista de los demás, aceptar que existen más opciones e igual de válidas y crear unas condiciones y un ambiente en el que todas las posibilidades caben, incluso la posibilidad de discrepar sin ocasionar malestar ni diferencias insalvables.
Y siguiendo con mi opinión, y nada más que eso, y para eso es mi blog, cuanto más y mejor desarrollada se tenga esa capacidad adaptativa, probablemente más facilidad para conocer gente estupenda y disfrutar de ellos se tendrá.



lunes, 29 de abril de 2013

Desde mi altozano

Alhambra desde San Miguel

Fue casi por casualidad cuando me vi contemplando un sueño. 
Antes de que sucediera tenía mi pellizquito en el estómago, aunque también la seguridad, o más bien el deseo, de que iría bien esta experiencia. Y me quedé corto; ha sido aún mejor.
La casualidad la aportó, como dice el título de este blog, mi culo inquieto. Siempre inventando. Siempre con la necesidad de algo nuevo, de experimentar, de conocer, de tantas cosas... Igual no es casualidad...Tampoco importa.
Lo que realmente importa es que esto queda grabado en lo más profundo de mi ser, con tanta gente buena que me ha acompañado este mes de abril que ya agoniza y que ha conseguido que sea mejor persona, que disfrute tantas pequeñas cosas y que merece la pena disfrutar cada pequeño momento.